Para realmente estar en presencia en este aquí y ahora necesitamos anclar nuestra energía todos los días, en forma consciente, para no perdernos en un mundo de ideas.
Estos anclajes se pueden realizar a la mañana al despertarnos, al acostarnos y en cualquier momento del día que necesitemos enraizar.
Cuando la mente se llena de pensamientos, es súper necesario volver al corazón y realizar los anclajes.
Una de las formas es visualizando que desde las plantas de los pies y la punta del coxis salen raíces que se unen al centro de la tierra.
También desde nuestro ombligo sale un gran cordón que se entrelaza con el pulsar del centro de la tierra.
Visualizar y respirar conscientemente trayendo la energía desde la tierra a nuestro interior, es esencial para mantenernos unidos a Gaia
Una vez que enraizamos tomamos la energía del padre, la cual como un rayo ingresa por nuestra coronilla, visualizando un color blanco plateado.
Llevamos ambas energías al centro de nuestro pecho e irradiamos desde este centro hacia adelante y por detrás.
Visualizar y respirar cuando hacemos los anclajes es fundamental.
Una vez que sentimos la energía de la madre y del padre dentro de nuestro corazón, fortalecemos todo el campo electromagnético a nuestro alrededor.
Lo visualizamos fuerte radiante luminoso.
Y recién ahí comenzamos el día.
Repetimos el ejercicio las veces que sea necesario.
Ahí nuestra nave esta realmente en presencia, en el aquí y ahora.